29 enero, 2008

Enmascarada

Fiesta de disfraces en casa de una gélida amiga mía, donde cómo no, se encontraban todas sus amigas al pie del cañón. Sólo las conocía de oídas, pero nunca disfrute de sus espectaculares cuerpos. Así empezó la noche para mí, no paraba de abrir la boca cada vez que miraba a esas bellezas bailar a lo loco subidas a un sofá, maquilladísimas con esos peinados de colores vivos y esos vestidos apretujados pidiéndome que bailara con ellas. Cómo decir que no a una propuesta así. Sin pensarlo dos veces, yo, mi vasito de ron y mi disfraz de mono, lo dimos todo mientras notaba cómo sus manos se adentraban en mi disfraz… Mientras bailaba, noté que alguien no cuadraba en esa fiesta, tenía un vestido negro brillante, una sonrisa perfecta, un cuerpo de escándalo… y una mascara que le tapaba parte de su cara. Me bajé del sillón, y me acerqué a ella. No me quiso decir su nombre, ni siquiera habló conmigo la media hora que estuvimos bailando... supuse que era muda, ya que no hacia más que sonreír. Como vi que no tenía nada que hacer, regrese al sofá… a por más cariño. Se me acabó el ron y tuve que ir a por más a la cocina, al salir de ella, vi cómo una mano salía de una puerta señalando que me acercara. Era ella, enmascarada, señalaba a la cama para que me tumbara. Al tumbarme, me empezó a quitar el disfraz con su bonita sonrisa. Rápidamente me ató a la cama, me tapó los ojos y escuché como cerraba la puerta. Acto seguido notaba cómo húmedos labios se deslizaban por todo mi cuerpo haciendo de mí una bola de fuego. No podía moverme, pero ella sabía bien que hacer. Sentía que lanzaba su ropa al suelo, y percibía que llegaba el momento… Poco después supe que no era muda mientras agonizaba sobre mí. Posteriormente caíamos rendidos de una dura batalla, y notaba como se desplomaba contra mí cuerpo una diosa del sexo insaciable. Así pues, caí en un profundo sueño… Al despertarme, ya no tenía tapados los ojos ni estaba atado ala cama. A mi lado, solo quedaba su mascara. Fui a buscarla por la casa y me encontré a toda la gente tirada por la sala como dios los trajo al mundo. Desperté a mi gélida amiga, y le dije si había visto a su amiga, miró, y sorprendida me dijo que todas sus amigas estaban ahí en el suelo, a mi vista. Reconocería ese cuerpo entre mil, y ella no estaba ahí… No quiero saber tu nombre, ni quiero saber que es lo que hacías en esa fiesta, solo quiero que sepas que tengo tu mascara y quisiera devolvértela. Si por algún casual llegas a leer esto, respóndeme. Soy yo, soy el mono, soy el que bailaba contigo Relato y foto enviados por: Perolito

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hummmmmmmmm, hay que ver Perolito. Cómo es posible que todavía te acuerdes de esa fiesta?? Bueno, en el fondo lo entiendo. Fue una GRAN fiesta si. Hace mucho que no organizo una. Creo que ha llegado el momento de hacerlo.

Alguien se apunta???

Tu gélida amiga o Dama de Hielo. muxuxxxxxxxxxxxxxxxxx