Despierto

Despierto en la noche muda, mi cuerpo empapado de tu aroma y..te miro, duermes plácidamente. Tu cuerpo desnudo respira el placer del éxtasis, sigo mirándote y mi mano siente el impulso de tocarte, se desliza lentamente por tu pecho, al ritmo de tu respiración. Sigo sintiéndote muy dentro aunque estés dormido, mi mano continua el lento camino de tu piel y mi boca como si en un desierto se hallara busca el Oasis de tus labios. Abres tus ojos y me miras, esa mirada que solo tu tienes, la que me hace temblar, soñar, desearte más todavía. Fundimos nuestras bocas sedientas de deseo, siento tus manos recorriendo como hormigas mi espalda hasta llegar a mis glúteos, los aprietas con fuerza, me gusta, me aprieto más a tu cuerpo, noto mi pubis en tu sexo crecido, duro, dispuesto a explotar dentro de mí, muy dentro. Tus manos no pueden parar, suben por mis pechos erguidos y bajan hasta mis nalgas, exploran curiosas centímetro a centímetro mi piel memorizando cada rincón de mi cuerpo, componiendo a su paso una sinfonía de gemidos placenteros. Me embriaga tu olor, busco como fiera hambrienta tu boca para fundir mi lengua en ella, busco tu piel canela para saciarme a besos con ella y toda yo, busca tu sexo para temblar mi cuerpo y el tuyo como volcán en erupción. Todo a nuestro alrededor desaparece, solo estamos tú y yo, solo dos cuerpos en una sola alma, rompiendo el silencio de la noche en un coro de dos voces. Explotamos al placer en un mar de éxtasis. El sudor de nuestros cuerpos crea pequeños riachuelos que se deslizan tímidamente hasta desaparecer en el lecho caliente. Hemos quedado mudos, mirandonos esbozando una dulce sonrisa, complices del pecado, permanecemos pegados, nos resistimos a separarnos, deseamos sentir nuestros fluidos, relamernos en esos momentos de paz y placer. Sin pensar en que pueda haber un final… juntamos nuestros labios en un largo y tierno beso mirando como a través de la ventana, un tímido rayo de Sol, intenta abrirse paso a la mañana.

Relato enviado por: Deia