La ruleta rusa

Volvíamos a ser cuatro. Esta vez, había un novato entre nosotros e íbamos a dar buena cuenta de él. Me acerco despacito a él, noto que su piel virgen tiembla ligeramente ante el calor infernal de la mía. Le arranco los pantalones, no lleva ropa interior. Me lo imaginaba, sabía que bajo ese cuero no se escondía nada más que placer. Eterno e infinito placer..... Le penetro, una y otra vez como si el mundo entero se fuera a caer si yo parara. El tampoco quiere que pare. Los otros dos juegan entre ellos. Lamen apasionadamente mis pezones perforados por el frío del hierro. No se quienes son, ni quiero saberlo. Desconozco el significado de la palabra intimidad. Exploran mi piel con las suyas, sus bocas, sus labios, sus sexos........... Ahhhhhhhhhh como me deleitan. Sigo montando a mi joven doncel que jadea gustoso bajo mi mandato. ¿Quién será la bala en la recámara? La muerte lleva nombre de falo y lo quiero entero para mi. Relato enviado por: La Dama de Hielo